Este refrán o pacopaco se usa para decir que dos cosas no se asemejan en nada. Ése es su significado aceptado comúnmente, pero se trata de una expresión ambigua. Es decir, alguien que no haya escuchado nunca el refrán en contexto podría pensar que sí se parece un huevo a una castaña. A saber: tienen una forma redondeada, un tamaño pequeño que entra en una mano, una superficie lisa y suave, son productos de la naturaleza, son simiente, se comen, nadie se los folla, quizás con excepción de los huevos en sexo prenatal (Rami sabe de lo que hablo). No sé, una comparativa entre una ameba y una estrella de neutrones sí me parecería algo digno de destacar su diferencia, pero entre un huevo y una castaña… Está en la línea de los dichos como “le das la mano y te coge el brazo”, que aunque su significado sea el que es, que la persona a la que se refiere es algo aprovechadilla, que coge confianza rápido, si visualizas la escena de alguien dándole la mano a alguien y agarrándole del brazo es una imagen de gran cordialidad y educación.
Con estos datos ya deberías saber o intuir de qué va a ir el post: sí, de comparativas, has acertado, enhorabuena, eres un friki con la cabeza tostada o elevado pensamiento lateral. O también puede haber sido una coincidencia… El asunto es que empecé queriendo hacer un artículo sobre Los Ramones, pero como el tema de Juako las gracietas no iban tanto con ellos como con la similitud entre las rumbas, y sólo tenía otro tema más sobre ellos de Los Petersellers, en el cual sí hacen coñas con la sonoridad similar de sus temas, de esa ausencia de material ramoniano han venido estos lodos. Y lo curioso es que en ambas canciones se nombra al feo de los Ramones. Vean, vean, escuchen, escuchen.